martes, 8 de abril de 2014

Remar contra uno mismo



Puede ser que algunos os preguntéis que ha sido de mí, o posiblemente no, la verdad es que eso importa poco, la cuestión es que vuelvo de nuevo al blog y quiero publicar un post para explicar un poco mi situación
Pues sí, el maratón quedo atrás, el invierno también y sin darse cuenta ya estamos otra vez en primavera. 
Después del maratón, no os voy a mentir, la saliva con sabor a decepción tardó bastante en desaparecer de mi boca, de todas maneras las ganas y la motivación por seguir entrenando en ningún momento las perdí.
Una vez finalizado el merecido descanso después del maratón, tenía muchas ganas de entrenar, pero ningunas de pegarme los madrugones de entrenar a las 5:30 A.M. como había estado haciendo en los meses previos al maratón.
Así pues, seguí entrenando en otro horario, al cambiar de hora, también  reduje el tiempo para entrenar.
Mientras tanto mi  hija pequeña que en los próximos días cumplirá un año, cada día que pasaba dejaba de ser más bebe, con lo que ya no estaba tumbadita sin rechistar como en sus primeros meses.
Muchos días al llegar a casa después del trabajo, cuando cruzaba la puerta de casa me encontraba y todavía me sigo encontrando, a las dos niñas montando una guerra civil y como es lógico no puedo decir:”Me voy a entrenar, ya te apañas con ellas”
Y así, poco a poco, mi tiempo para entrenar se fue reduciendo a cero.
Primero fui perdiendo días, después semanas, así hasta meses, en febrero entrené muy pocos días y en marzo solo fueron 3.
Mi horario laboral (que no tiene nada que ver con el atletismo), el trabajo como entrenador de mi grupo de entrenamiento, y por supuesto ser padre,  me han llevado a una situación en que mi tiempo libre es prácticamente cero.
Para nada me quejo, me gusta poder disfrutar de mis hijas todo lo que puedo, es la vida que he querido tener, aparte como entrenador estoy viviendo el atletismo de una manera muy apasionante, es más, creo que  mi “yo” entrenador está a la par con el de atleta o incluso más.
A pesar de todo lo que os he comentado, sigo queriendo volver a sentirme atleta, soy consciente de que la edad no perdona y dentro de poco la biología ya no me dejará  mejorar mis registros.
Calculo que como máximo me quedarán más o menos unos cuatro años para seguir intentándolo, pero no importa, acepto las reglas del juego. Cuando tuve la oportunidad de intentar llegar a ser un atleta de élite, decidí no coger ese camino.
Lamentarse ahora por las pocas temporadas que me quedan para mejorar y por no llegar a conseguir mis anheladas marcas sería una estupidez, ahora bien, lo cortés no quita lo valiente, correr ha sido, es y seguirá siendo mi vida.
Mis circunstancias personales en la actualidad hacen que me sea muy complicado poder llevar el entrenamiento requerido para poder estar delante en las carreras e intentar batir mis marcas.
Una de las pocas cosas que me ha enseñado la vida, es que muchas veces lo mejor es adaptarse a las circunstancias que nos van surgiendo , me viene a la cabeza un poema de Walt Whitman, en el que dice: “Remar contra uno mismo puede convertir nuestra vida en un infierno” . Pues eso, no quiero luchar contra mis circunstancias para volver a ser el corredor que era, sino intentarlo adaptándome a ellas.
En el próximo post, explicaré como he empezado a llevar esa readaptación y cuales son mis próximos objetivos.