miércoles, 9 de mayo de 2012

Ya van 3

(Lo que vais a leer ahora lo escribí el lunes y no lo iba a publicar, pero prefiero publicarlo, porque no sé cuando será mi próxima carrera debido a un percance que sufrí ayer martes, a lo largo del día hoy o mañana, os contaré lo que me ha pasado.)

Ya van 3 carreras del circuito Diputación.
La carrera de Cheste me sorprendió bastante, el año pasado la corrí, pero no tenía un recuerdo claro de cómo era, sabía que habían subidas pero ni  mucho menos como las que me encontré.
Llegué a la carrera sin descansar, es decir, no bajé ni el volumen de kilómetros ni  la intensidad durante la semana.
Sin ir más lejos, el viernes a las 21:00 estaba entrenando.
La carrera fue mucho más dura de lo que pensaba, empecé a un ritmo muy fuerte, demasiado, así que decidí a partir del kilómetro 2 relajarme un poco, si no quería reventar.
Me cogió un grupo de corredores; la carretera seguía con una cuesta que nunca acababa y el viento soplaba con más fuerza cada vez. Menos en un momento que un corredor pasó delante, me tuve que pasar todo el rato tirando yo, aunque no me importaba,  tenía claro el ritmo que quería llevar.
Y así hasta casi el kilómetro siete; se me hizo bastante asqueroso todo con tanto viento y tanta subida.
Después llegó la bajada y por fin pude soltar zancada y correr más rápido.   
Pero joder qué asco, hasta llegar al siete.
Al final bien. Me salió una media de 3:18, el tiempo en meta sobre 33:20.
Décimo de la general y octavo de mi categoría.
En definitiva, bien. Mi objetivo era el de llegar entre los 10 primeros y sumar otra carrera de Diputación, sin alterar mis entrenamientos.

El domingo tenía que hacer un largo.
Mi idea en un principio era la de hacerlo tranquilamente por el Saler, con  musiquita y sin más presiones.
Así que el sábado por la noche, como no había quedado con nadie para entrenar, para cenar me puse hasta las cejas de burritos con tabasco y unas buenas coronitas.
Después se me hicieron las 3 de la madrugada escuchando en la radio a Iker Jiménez.
No me preguntéis por qué, pero a las 7 de la mañana estaba sin una pizca de sueño.
Cuando me estaba preparando la ropa para irme a entrenar a el Saler yo solo, me acordé de que me había inscrito en la media de Torrente hacía un par de semanas, por si llegado el día me apetecía rodar con gente.
No lo pensé dos veces, para rodar solo mejor ir con gente, y me fui para Torrente.
No calenté antes de la carrera porque como era una media, y mi intención era rodarla no me preocupaba.
Antes de salir, mi amigo José Luis Del Campo me comentó que me animara y fuera un rato con el grupo de cabeza, le dije que no, que yo estaba allí para entrenar.
La carrera empezó y dejé que se marchara el grupo de cabeza.
Me quedé con varios corredores, saludándolos y comentando como iba todo.
Me encontraba bien y relajado, cada vez veía que el grupo de cabeza se distanciaba más, hasta que los perdí de vista.
Yo por mi parte me mantenía a mi ritmo, sobre 4, eso si, subiendo todo el rato.
Cuando me di cuenta no llevaba a nadie detrás y al grupo de delante ni en las rectas más largas los divisaba.
En el paso por el kilómetro diez les pregunté a los que estaban dando agua si los primeros estaban muy lejos; me comentaron que ni con una moto los cogía.
Miré el reloj y creo que ponía casi 40 min de carrera.
Pensé: - Voy a hacer los siguientes diez en progresión-,   Para mi sorpresa, empecé a pasar kilómetros a 3:17, 3:15, 3:18, la verdad es que yo mismo me sorprendía de lo bien que iba a esos ritmos y encima solo.
Creo que fue por el quince cuando empecé a ver muy a lo lejos al tercer clasificado, no pensaba en cogerlo porque estaba muy lejos, pero poco a poco veía que me acercaba más.
Calculando el ritmo que llevaba yo, y contando los segundos que me llevaba en cada esquina, (conté unos 40 segundos), si no apretaba el ritmo y yo no lo bajaba, calculé que sobre el 19 lo pasaría, y así fue, en el 19 me puse tercero de la carrera, y qué queréis  que os diga, a nadie le amarga un dulce.
Ya sé que hay gente que dice que le da igual llegar tercero que octavo, y que los trofeos son trozos de hojalata y que no hay que darles más importancia, todo eso está muy bien, pero sinceramente, a mi me gusta llevarme la hojalata a mi casa.
Tiré con fuerza el kilómetro de bajada, sobre 2:55.
Ya en el 20 me giré y me relajé un poco porque había bastante hueco con el cuarto clasificado.
Llegué a meta tercer clasificado, y habiendo hecho un segundo 10.000 más rápido que la carrera del día anterior.
Las sensaciones fueron buenísimas y en ningún momento tuve sensación de agonía, ni durante, ni al finalizar la carrera.
Acabé muy bien, más con sensación de haber entrenado que competido.
A veces nos empeñamos en creer que si no salimos a un ritmo muy fuerte no tendremos opciones a que nos salga una carrera rápida, es un gran error que yo mismo suelo cometer en muchas carreras.
Yo mis mejores carreras y todas mis marcas personales las he hecho de menos a más.
El problema está cuando buscas clasificarte dentro de unos puestos y si te quedas solo pierdes todas las opciones, por lo que muchas veces te sientes obligado a irte con el grupo.
Lo que está claro es que cuando buscas una marca, lo mejor es salir de menos a más, si buscas una clasificación es diferente, ahí uno debe de saber leer la carrera y saber cuando asumir riesgos.
Se me olvidaba, el tiempo fue 1:15 .