jueves, 26 de abril de 2012

Media Maraton de Canals



Me da mucha rabia estar tanto tiempo sin postear nada en el blog, me gusta mucho escribir, pero me ha sido complicado sacar un hueco en el día a día para poder hacerlo.
Este fin de semana se disputaba la segunda carrera del circuito Diputación. Las dos semanas anteriores a la carrera tuve unas sensaciones horribles en los entrenamientos, sin ir más lejos el sábado anterior a la carrera de Canals hice un test de 10.000 metros, con mis compañeros Del Campo y Plaza , y me era imposible seguirles, en el segundo mil ya me habían descolgado. Me fui un poco preocupado a casa, pero no quise darle demasiada importancia. Entre otras cosas, había mucho polen en el aire (soy alérgico), por lo que pensé que la culpa de mi mal rendimiento casi seguro que la tendría el polen.
La semana pasaba y las sensaciones seguían siendo horribles, de todas maneras durante toda la semana no pensé en la carrera del sábado, me limité a hacer lo que tenia que hacer y punto, no le quise dar más vueltas a las sensaciones. Ya el sábado, como es habitual en mí, llegué un poco con el tiempo justo a la carrera, me puse a calentar en solitario y mis reflexiones fueron las siguientes: A pesar de las malas sensaciones en los entrenamientos de las pasadas semanas, menos un entrenamiento había hecho todo lo que el mister me había mandado a la perfección. Tampoco había que quemar las naves por un entrene. Y lo más importante, yo compito mejor que entreno. Con todos estos pensamientos me fui a la línea de salida. Si os soy sincero, no estaba confiado del todo en que me saliera bien la carrera, pero al menos tenía claro que al ritmo que me había dicho que saliera el mister (José Garay), podría llegar bien hasta la mitad del recorrido.
La carrera empezó y cuando llevaba 2 kilómetros tenía unas sensaciones buenísimas, la respiración relajada, las piernas no me pesaban, sentí una sensación de confianza. Poco a poco los kilómetros iban pasando perfectos, sobre tres “veintipoco”.
En el seis Luis Félix pegó un tirón y se fue, dos corredores le siguieron, pero yo me quedé en el grupo pensando que era demasiado pronto. Al pasar por el kilómetros siete, me decidí a intentar coger al grupo de Luis Félix. A partir de ahí fui toda la carrera solo, fue durísimo, el calor era asfixiante y el viento soplaba con mucha fuerza, y para poner la guinda al pastel en todas las subidas el viento lo llevaba en contra. A partir del kilómetro doce empecé a sufrir mucho. En casi todas las carreras llega un momento que la mirada se fija al infinito y solo sientes sufrimiento, es entonces cuando empiezas a oír que tu cuerpo te chilla que pares y tu mente trata de ignorar las plegarias del cuerpo. Supongo que si sois corredores sabéis lo que os digo. Traté de gestionar ese mal rato con todo tipo de juegos mentales, poco a poco llegué al 18, pensé: -Un 3000 y se acabó la tortura-. En ningún momento miré atrás por si venia alguien, me daba igual si me pasaban solo quería acabar.
Por fin acabé, que agonía de carrera, calor, viento, rompepiernas, ufff... Al final el crono no fue demasiado bueno. La clasificación en cambio estuvo mejor, séptimo de la general y segundo de mi categoría. En definitiva estoy contento, después de estar dos semanas entrenando con malas sensaciones, y con unas condiciones climatológicas horribles no me ha salido mala carrera. Por su parte mis compañeros, Del Campo y Plaza, no se encontraron demasiado bien, supongo que el calor tuvo mucha culpa, seguro que en la próxima ya con el cuerpo más acostumbrado al calor estarán dando guerra.