LOS DIAS PREVIOS
Los días previos a la carrera, a diferencia de lo que en muchos
sitios se aconseja, a mí me es imposible
desconectar. Me hacen gracia muchos artículos de revistas y libros
especializados, que dicen: `` la semana de antes no pienses en el maratón, ves
al cine, charla con los amigos, etc... ´´
Seguramente el que escribe estos artículos o no tiene ni idea de lo que
se siente estos días o tiene la sangre de horchata.
Yo personalmente hacía todo lo contrario, estaba prácticamente toda la semana pensando y hablando del
maratón. Asumiendo que no me lo iba a quitar de la cabeza, mi fórmula no era
evadirme del tema, sino todo lo contrario, durante el día intentaba hablar con
amigos que también hacían el maratón, leía webs relacionadas con el tema. Mientras
comía y cenaba hablaba del maratón, era un no parar.
Estoy seguro de que si hubiera tratado de evadirme, mi
ansiedad se hubiera elevado mucho más.
Desde mi punto de vista hay que emborracharse de todo lo
relacionado con el maratón, es parte de la experiencia, correr el maratón no es
solo hacer los 42
kilómetros.
En mi opinión se pasan mejor las horas si no tratamos de
bloquear nuestros pensamientos y vamos tomando consciencia de nuestro reto.
No tengáis miedo en dar la tabarra a vuestra familia,
amigos, en el trabajo, etc... ya están acostumbrados, llevan meses aguantándote,
por un poco más les va a dar igual.
LAS NOCHES
La hora de dormir para mi era bastante complicada, cerraba
los ojos y veía kilómetros, tiempos, entrenamientos, dudas..., nada que no sepáis.
Mi manera de manejar ese momento era muy sencilla: cuando me
acostaba me ponía el mp3 con música relajante y visualizaba la carrera como una
película en la que pasaba los kilómetros con facilidad; al final conseguía mi
objetivo y lo celebraba con gran alegría.
EL DIA DE ANTES
El día de antes, hasta el más tranquilo está que se sube por
las paredes.
Una de las maneras que tenía para relajarme era correr unos
15 o 20 minutos antes de comer, esos kilómetros no los hacia pensando en
ninguna mejora física para el día siguiente, sino en disipar un poco la tensión.
Por la tarde después de comer mi plato de arroz blanco,
intentaba descansar un poco. Después me iba a la feria del corredor y mientras
hablaba con uno y con otro pasaba la tarde.
Una vez en casa me ponía algún maratón olímpico para
motivarme un poco más si cabe, entre maratones olímpicos y videos de otras
carreras se hacía la hora de cenar.
Cenaba y me acostaba con el mp3.
De normal esa noche duermo muy mal, si duermo 5 horas es de
suerte, por lo que mi consejo es que los días previos durmáis mucho, porque la
última noche lo más seguro es que no conciliéis bien el sueño.
EL DIA D
Si no recuerdo mal siempre me he despertado antes de que
sonara el despertador.
El día del maratón sí que
intento dejar la mente en blanco, desde que me levanto trato de no pensar en
nada, simplemente actuar como un robot.
Una vez ya en las cercanías de la salida del maratón, la
cosa cambia.
Os pongo como ejemplo el año pasado.
Llegué sobre las 7:30, me di un pequeño paseo de unos 10 min. Cerca de la salida hay un conocido centro comercial.
Llegué sobre las 7:30, me di un pequeño paseo de unos 10 min. Cerca de la salida hay un conocido centro comercial.
Me senté en un banco un poco apartado del barullo, me puse
los cascos del mp3, me tapé la cabeza con la capucha del jersey, cerré los ojos
y empecé a concentrarme en buscar el estado mental que me permitiría competir
al máximo.
No se si os lo habré comentado pero soy cinturón negro de
Karate, practiqué Karate desde los 7 años hasta los 18, lo dejé por el
atletismo al no poder compatibilizar los dos deportes. En Karate antes de
competir nos enseñaban a buscar el ``Kime´´ o la fuerza interior, es una
técnica que te ayuda a focalizar toda tu energía en la competición.
Esa misma técnica es la que utilicé ese día al igual que en
los anteriores maratones. Recuerdo estar con los ojos cerrados y con la música,
esperando ese momento en el que te notas ``enchufado´´
para competir. Cuando sonó el tema que bajo podéis escuchar, encontré el
estado mental óptimo (Sobre todo a partir del minuto 2). Al finalizar la canción, me puse a calentar. A partir de
ahí solo recuerdo el pistoletazo de salida.
Suerte a todos.