Cuando antes de empezar una carrera notas que alguien lleva cara de Clinton Eastwood, ojo, da que pensar, está muy centrado y en consecuencia se dejará la piel en la competición.
Mi rostro ayer no respondía a ``llevar cara Clinton Eastwood´´, no es que tuviera aspecto jovial, pero sí más despreocupado, lo cual reflejaba en parte mi falta de concentración.
Durante la semana pasada, hice unos entrenamientos en los que me encontré muy a gusto, lo que me hacía albergar esperanzas de realizar una buena (dejémoslo en correcta) competición.
A partir del viernes, me empecé a encontrar raro, de normal en los días previos a una competición, cuando salgo a rodar en el MP3 llevo música muy motivante, para visualizar el campo de batalla. Esta vez los días previos a la carrera la música era bastante juguetona, eso dice mucho de cómo estaba mentalizado.
La carrera empezó bastante rápida, 2:59 el primer mil. Después reculé y fui buscando mi ritmo, a partir del kilómetro 5 me quedé solo. A pesar de ir solo pasé el 10k en 34 y pico, pero a partir de ahí me fui de la carrera, empecé a llevar ritmos muy uniformes y a no estar donde tenía que estar.
Al final me cogió un chaval y le mantuve un par de kilómetros, después cambió de ritmo y se fue, podría haber peleado por el sexto puesto pero no sé, no me veía peleón. Mantuve un ritmo adecuado para que no me pillaran los que venían en el grupo de atrás y acabé.
En definitiva, primera carrera post-maratón y bueno, tampoco es que esté contento, pero pensándolo bien mi estado de forma no está ni al 60% de como estoy cuando voy a tope.
El trazado de la carrera es muy exigente y encima estoy un poco pasado de peso, que más quiero 1:14:59 y séptimo de la general, pero tranquilidad y buenos alimentos, esto está empezando, la temporada es muy larga y tampoco se puede ir a todas las carreras en plan Clinton Eastwood.
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